jueves, 28 de octubre de 2010


Premio del segundo
concurso de glosas
Jesús Orta Ruiz
(2010)


Foto:
Modesto Caballero






Dardo del desafío
,
de Leonardo Estrada







A partir del 2009,
la filial de San Miguel del Padrón del Grupo Ala Décima, desde el municipio natal del Indio Naborí, rinde tributo al poeta con el concurso de glosas y pies forzados Jesús Orta Ruiz (décima escrita y décima oral improvisada, respectivamente). En esta segunda edición (2010), en el apartado de glosas mereció el lauro el poema Dardo del desafío, de Leonardo Estrada Velázquez (1989), integrante del taller del grupo literario Silvestre de Balboa de la Academia de Etnografía y Tradiciones Canarias en Cuba, y ganador de diversos reconocimientos por su obra literaria (Festival Cubano-Canario de la décima Indio Naborí 2009: mención; Juegos Florales de la Asociación Canaria de Cuba 2010: mención; Juegos Martianos de la Asociación Canaria de Cuba 2010: Premio en poesía tema libre y primeras menciones en los apartados de poesía en tema canario, y soneto en tema libre y en tema canario).






Dardo del desafío




No hay iris. Se difumina
el color de las violetas
y convivo con siluetas
en un mundo de neblina.

Jesús Orta Ruiz





Y profundo en el naufragio
de un espasmo casi atroz,
te sumerges, ya sin voz
a este húmedo presagio,
te sumerges cual adagio
cuando su piel te alucina.
Te sumerges cual espina
desgarrando el cuerpo herido.
Te sumerges, no vencido,
en un mundo de neblina.



Como un dardo, el desvarío
se ancla si palpas su boca,
como un dardo que provoca
y estremece el desafío.
Como este dardo bravío
que a tu vértigo interpreta.
Como este dardo, poeta
del insomnio que aparece,
como este dardo, perece
el color de las violetas.



Quiebras del cielo, cintura
de savia que estalla al borde.
Quiebras del rostro el acorde
que enmudece la espesura.
Quiebras el fervor sin cura
donde la concha se agrieta.
Quiebras la lengua repleta
por la fibra de mí mismo,
quedo al fondo del abismo
y convivo con siluetas.



Por tu aliento, el mar reclama
la furia alada y desnuda.
Por tu aliento siempre suda
el pecho sobre la llama.
Por tu aliento se derrama
La huella más alcalina.
Por tu aliento ¿quién camina
cuando el poema me embriaga?
Por tu aliento, cae la daga
no hay iris. Se difumina.