martes, 24 de abril de 2012



Premio Ala Décima
en el XV concurso
Regino Pedroso 2012
Confusiones del heraldo,
de Jesús Arencibia

Foto: Anays Almenares Ávila




Desde el 2004 el Grupo Ala Décima entrega un premio especial al mejor poema concebido en décimas en el concurso nacional de poesía Regino Pedroso, que convocan anualmente el periódico Trabajadores, la Central de Trabajadores de Cuba, el Instituto Cubano del Libro y el Consejo Nacional de Casas de Cultura.
En su séptima entrega, correspondiente a la decimoquinta edición de ese certamen, mereció el lauro decimístico en el Regino Pedroso el poema Confusiones del heraldo, de Jesús Arencibia Lorenzo (Pinar del Río, 1982), Licenciado en Periodismo que actualmente se desempeña como profesor en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de La Habana y como periodista en Juventud Rebelde. En el 2010, mereció el primer premio del concurso nacional de glosas “Canto alrededor del punto” con su obra Hierros de ingenio. En el 2011, su texto Corta carta cursi conquistó el premio del tercer concurso de glosas Jesús Orta Ruiz, de la filial de Ala Décima en San Miguel del Padrón. En el XII concurso nacional Ala Décima 2012 se le otorgó el Premio del Proyecto Perseverarte (para joven), por su cuaderno Duros aires de familia.










Confusiones del heraldo



Un papel es inocente
si no hay rastros de querella
entre demonio y estrella,
entre posible y presente.
Un papel puede ser fuente,
chatura gris, agujero.
Pero aquel de sino artero,
tuyo sin serlo, de hiel;
quiero decir, el papel
donde sufrías: «Los quiero»…
Era una rara escritura
anhelante de vacío.
Era como un desvarío
tierno de página dura.
Adiviné la costura
con que tecleaste el aliento.
Y vi claro el pensamiento
silueteando la neblina:
Rostro sin doblez ni esquina.
Era, Madre, un testamento.
Tenía trillos del bien
en frenéticas señales.
Besos dejabas. Raudales
de angustia, Madre, también.
Acuchillaba la sien
con los mil remotos «si…»
Pronto, ayer, mañana, aquí,
después, hoy, lejos, jamás…
Tal vez no recordarás:
Era una ausencia de ti.
Pasó. Y cuando el rayo pasa
todo es como embrión de luz.
Ya sin remilgos ni cruz
las letras vuelven a casa.
Donde el escrito se enlaza
con el partir del conjuro,
cierra la vista algún muro.
Sin embargo, el Sin Embargo
promete un día más largo.
Hay Sol, Madre. Te lo juro.





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