de Rogelio Casimiro
Foto: Alberto
Castañeda
El premio Décimas para el amor Hermeides
Pompa lo respalda la Casa
Iberoamericana de la Décima El Cucalambé, de Las
Tunas, para el mejor cuaderno con
ese tema. Da continuidad al certamen que la institución inauguró en 1994 y cuya
primera ganadora fue la poetisa que da nombre actualmente a ese lauro. Consistió
en esta ocasión en diversos materiales dados por la Casa, por el Centro
Cultural Cubapoesía y por la Filial
de Ala Décima de Las Tunas, así como una botella
decorada por el artista de la plástica Ángel
Silvestre.
Mi compañera
Rogelio Casimiro Fernández
Premio Décimas para el amor Hermeides Pompa
XX concurso nacional
Ala Décima (2020)
JURADO:
Mi
compañera
MI
COMPAÑERA
Cuando
estoy triste, tu voz
me
dibuja una sonrisa,
leve
mueca que armoniza
si
nos juntamos los dos.
Cuando
me dices adiós
porque
otra musa te espera
mi
cuerpo se desespera,
mi
piel se calienta y suda,
mi
boca se queda muda
casi
como si muriera.
Cuando
la nostalgia viene
y
se me hospeda en el alma,
llegas
para darme calma
y
mi sufrir se contiene.
Antes
de que el mar se llene
de
un salobre tintineo
Abro
los ojos y veo
la
sonrisa más hermosa
en
el rostro de una diosa
que
dice amarme y le creo.
Siempre
que te necesito
no
me fallas, siempre llegas
como
rachas veraniegas
de
un viento fresco y bendito.
Cuando
en mis versos te cito
con
más amor cada día,
trato
de que mi osadía
no
dañe a tu perfección;
mientras
vuelo en tu oración,
Querida
Décima mía.
AMOR PARA SIEMPRE
Voy a amarte cuando estés
sujeta a mis labios
presos,
cuando mis noches sin
besos
se desplomen a tus pies.
Voy a amarte hoy y
después;
sin importar cuantos días
vueles en mis poesías
bajo un cielo demencial,
donde mi pasión brutal
ahuyente a tus noches
frías.
Voy a amarte si te vas,
iré detrás de tu sombra,
como si fuese una
alfombra
que conduce a donde
estás;
aun de lejos sentirás
mis manos en tu cintura
y la sensual criatura
que vive bajo tu piel,
me convertirá en corcel
para trotar su locura.
Voy a amarte, aunque no
estés;
no importa el tiempo que
pierdo.
Voy a amar a tu recuerdo
con total inmadurez.
Con los sueños que me des
voy a alimentar mi vida:
liebre en un bosque
perdida
sin chance de salvación,
muerte sin resurrección
si mi corazón te olvida.
MARIPOSA
Mueve tus alas al
viento
para agitar los
colores
que seducen a las
flores
con tu hermoso
movimiento,
no dejes que el
firmamento
se quede claro y
vacío,
seca al agua del rocío
bien temprano en la
mañana,
que te espero en mi
ventana
como el mar espera al
río.
Ven que enamoro a una
diosa
comparable a tu
belleza,
que me tiene el alma
presa
como el jardín a la
rosa.
Avecilla milagrosa
que le das color al
cielo,
ven a llevarme en tu
vuelo
para encontrarla
temprano,
que está extrañando mi
mano
a su piel de
terciopelo.
TAN LEJOS, TAN TRISTE
Suspira tu ausencia,
crece
la nostalgia que me
invita
a una desdichada cita
que tanto amor no merece.
No pasa el tiempo, parece
que se burla de la
espera,
actúa como si fuera
un enemigo jurado,
no le importa que he
dejado
sin flores mi primavera.
Mis ojos buscan soñarte,
la noche me ofrece el
cielo,
me enfrenta contra el
desvelo,
solo, sin poder mirarte.
La luna sale a buscarte
huyendo de la mañana,
que se asomó a mi ventana
trayéndome un nuevo día,
uno más sin la alegría
que se me quedó en La
Habana.
AMORES
DE PLAYA
Y
las olas me besaron
como
al novio que regresa,
y
tus ojos me miraron
dejándome
el alma presa,
miré
al mar, vi tu belleza
mojada
en el sol poniente;
mi
piel, contextura ardiente
se
puso tensa y tan firme,
que
estoy listo para hundirme
bajo
tu naturaleza.
Me
diste un beso y la arena
se
aferró a mis pies mojados,
dos
brazos enamorados
ataron
a una sirena,
el
placer se desenfrena,
la
boca explora curiosa;
un
ave maravillosa
vuela
a nuestro alrededor,
tentada
con tanto amor
que
la hace volar nerviosa.
Las
olas se hacen espuma
sobre
la orilla que espera,
se
entregan de una manera
que
se conmueve la bruma.
Tu
piel, toda se perfuma
de
sal refrescada al viento,
atraco
en el barlovento
de
tu boca tan sensual
y
entonces, me entrego igual
como
el mar al firmamento.
ROGELIO
CASIMIRO FERNÁNDEZ (La Habana, 1969). Ingeniero en Telecomunicaciones,
residente en el municipio de Boyeros, provincia de La Habana, miembro del
taller literario de la Casa de la Cultura de Plaza de la Revolución,
participante en lecturas convocadas durante el Festival Internacional de Poesía
de La Habana y participante en el II
Taller La Décima de los Molinos. Figuró entre los poetas
amigos y asiduos asistentes a la peña
semanal sede del Grupo
Ala Décima en la biblioteca
Tina Modotti, en Alamar, municipio de La Habana del Este. Rogelio prefiere
la expresión poética llana, sin rebuscamientos, y tiene inclinación por la
poesía de ocasión.
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