de José Ramón
Rodríguez Espinosa
Foto tomada de su página de
Facebook
Desde la edición
del concurso nacional Ala Décima del 2015 se concede el Premio del Grupo
Nacional de Escritores Rurales (G-NERarte), para autores nacidos o
residentes en zonas apartadas, lauro que implica el ingreso del ganador a la
mencionada agrupación. En esta ocasión el galardón
consistió en libros y una obra de arte inspirada en su texto.
Alférez
José Ramón Rodríguez Espinosa
Premio del Grupo de Escritores Rurales (G-NERarte)
XX concurso nacional
Ala Décima (2020)
JURADO:
Alférez
Los hijos, tiernos
retoños
éxtasis en primaveras
místicas enredaderas
mistrales de los
otoños.
Uniformados bisoños
párvulos recién
nacidos
fúlgidos enardecidos
florestas sobre las
brisas,
apasionadas sonrisas
pintorescas en los
nidos.
Los hijos son los
relentes
espaciados en ternura
sorna suave de
frescura
cascadas frescas
vertientes.
Vivos colores
pendientes
de arcoíris entre
palmas
en las tempestades,
calmas
surcos que peinan las
quillas
solo por ser las
semillas
gérmenes de nuestras
almas.
Hurgo en el orbe la
esfera
para equidistar
pregunto.
¿Dónde encontrar otro
punto
convergente en la
cimera
de una cumbre
verdadera
paralela a nuestras
vidas?
Si nos hieren las
heridas
no necesitan suturas
antibióticos ni curas
sellan solas
escondidas.
¿Son vástagos
celestiales
dogmas de las
religiones
o incógnitas
ecuaciones
de las bombas
arteriales,
campos de trigos
riciales
relámpagos o
destellos,
serán patricios
plebeyos
objetos de
fetichismos?
-Al final, nosotros
mismos
representados en
ellos-
Designios de los
reflejos
entrañables afluentes
aguas lustradas en
puentes
bruñidas
dentro de espejos.
Por cruciales
catalejos
cierta distancia
captaron
el carácter que
heredaron
no son preguntas
ajenas…
-Sangre que llevan en
venas
de quienes los engendraron-
Alférez, idolatrías
pícaras
al transitar
el tiempo pone a volar
papalotes, alegrías
cometas y fantasías
marugas de amanecer
risas, llantos o
placer
algazaras sin
enmiendas.
Hasta que toman las
riendas
auténticas del crecer.
¿Los hijos son
pedestales
sostenes de las
entrañas
lontananzas en
montañas
o paisajes naturales?
Son torrentes de
caudales
sin admitir
aislamientos
solemnes advenimientos
presagian
Ah cuántos potros
arraigados en los
otros
inmaculados cimientos.
¿Serán copia original
de sus dos
progenitores
o réplicas en valores
de una enseñanza
cabal?
Una recta vertical
fértiles terrenos
llanos
que Dios
nos puso en las manos
para que la propia
historia
se vista de su memoria
y delinee pasos sanos.
Cuando emprenden los
pichones
el vuelo de travesía
nos dejan melancolía
y sufres a borbotones.
Se nos quiebran los
bastones
en el camino maltrecho
que sin distancia ni
trecho
por el escenario
asumas
cuerdas de sangre
sin brumas
-nos percutan en el
pecho-
El bosque sin
pajarillos
son las goletas vacías
de sueños sin poesías
cansinos, tristes, sin
brillos.
Donde no danzan los
grillos
ni nos anteponen soles
pizcas de los
girasoles
para concebir un
lecho.
Es sinónimo del techo
de un hogar triste sin
proles.
JOSÉ
RAMÓN RODRÍGUEZ ESPINOSA
(Venegas, Sancti Spíritus, 1948; actualmente reside en Alamar, La Habana del
Este). Se formó en un ambiente rural, del cual le viene la vocación por la
poesía en décimas. Tiene varios
reconocimientos en esta modalidad, en certámenes locales. Es uno de los
llamados poetas amigos de la peña
semanal sede del Grupo
Ala Décima, en la biblioteca
Tina Modotti, de Alamar, y participa en otras actividades de esta
agrupación y la decena de tertulias conducidas por sus miembros y colaboradores
en la capital.
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