sábado, 10 de noviembre de 2007


Premio Ala Décima
en el III concurso
Décima al filo 2007

Naufragio,
de Yuslenis Molina







Desde el 2005 el Grupo Ala Décima entrega un premio especial al mejor cuaderno de autora joven en el concurso nacional Décima al filo, que convoca cada dos años el grupo de mujeres decimistas de igual nombre.

En su segunda entrega, correspondiente a la tercera edición de ese certamen, mereció el lauro de Ala Décima la obra Naufragio, de la poetisa y actriz Yuslenis Molina, nacida en Las Tunas en 1980, con varios reconocimientos recibidos por su obra en versos. A continuación, el cuaderno entonces premiado.




Naufragio




Naufragio


No me importan las pedradas
de tu desnudez discreta...
Solo soy una silueta
desandando madrugadas.
El naufragio en tus almohadas
es la lluvia de mis trazos
cuando lenta en los ocasos
llego perdida a tu voz
porque si no dije adiós
la calle niega mis pasos.*

Inocente en el camino
busco tu huella que cruza
por mi memoria ya ilusa
a seguir en peregrino
andar. Se teje un destino
donde no quiere mentira.
Es mi paso el que retira
esa soledad que asombra
o es que solo soy la sombra
porque la calle delira.*

* Aleido Rodríguez Cabrera





El milagro de salvarse


No hay eterna juventud
en un tiempo de espejismos
donde sombra y luz son sismos
y el silencio es prontitud.
Luz y sombras, ataúd
donde termina este mundo.
El silencio es un profundo
quebrantarse en el vacío...
El silencio es donde espío
la eternidad de un segundo.*

El silencio no es callarse...
Es el tiempo que camina
cuando es libre en la doctrina
del milagro de salvarse.
El silencio es alegrarse
por el tiempo que jamás
no se va a volver atrás
porque es la razón del tiempo.
El tiempo ya no es el tiempo
para un milenio fugaz.*

* Luis Andrés Till Sanfiel





Glosa sin razones


Soy un péndulo que cruza
por las calles del infierno.
No soy el minuto tierno
que camina y se rehúsa
a buscar alguna excusa
raída por la ilusión.
No soy una clonación
que surgió de tus tormentos
yo no vine con los vientos
vengo de ningún rincón.*

Mi camino ha sido inerte
de pesadumbres y miedos
rezando todos los credos
que me llevan a la muerte.
Soy la sangre que se vierte
como razón del pasado
y es mi paso que enrejado
llega donde no florece
la fuga, porque perece
por un sendero alocado.*

Y persigo la embriaguez
que me atara a los lamentos.
Son culpables los intentos
que muerden mi desnudez.
Soy serpiente, no soy pez
dentro de un tiempo sagrado.
No soy ángel sepultado
solo soy la calavera.
Yo solo soy una hoguera
sobre mi propio pecado.*

Cuantas luces son la fuente
de inocencia en los caminos
si mis pasos peregrinos
caminan sobre algún puente
sin luces. Una serpiente
me lleva a la mutación.
Yo no quiero ser razón
de fugas en la memoria.
No quiero la escapatoria...
Yo soy mi propio perdón.*

* Armando Andrés López Rondón





Cómo llegar a ti después del diluvio, si solo nos salvamos nosotros dos y algunas otras marionetas que luego fueron parte en un acto final de alguna mentira inventada por Dios


Desnuda hasta tu regazo
con un cielo en la sonrisa
desnuda llego de prisa
para conquistar tu ocaso.
Desnuda con un abrazo
para mutilar tus miedos
y a mi pelo van tus dedos
profanando sus cascadas.
Desnuda soy madrugadas
para hacer razón mis credos.
Desnuda frente a tus ojos
soy el fuego que te abraza
y soy un volcán que arrasa
desafiando tus antojos.
Desnuda con labios rojos
lamiendo tu desnudez
mi lengua esculpe tus pies
que se funden de locura.
Y a tus dientes mi cintura
le provocan embriaguez.
Desnuda soy la perversa
tentación que te aniquila.
Desnuda y más bien tranquila
soy la página que versa
y sobre tu piel conversa
desnudando tu maldad.
Desnuda soy la verdad
mientras eres la caricia.
Desnuda soy la malicia
que te ofrece eternidad.





Al final


El camino es la mentira
que se invento el caminante
cuando pudo ser gigante
la soledad de su lira.
El camino no es la ira
que sentenció el desafío.
El camino es el vacío
marcado desde su ausencia.
El camino es su sentencia
ante el umbral del hastío.

El caminante es el miedo
del camino en soledad
y es la sed de eternidad
quien lo lleva hasta su credo.
El caminante es el dedo
que apunta a contracorriente.
El caminante es la fuente
por desbordar energía.
El caminante es la vía
para terminar ausente.

lunes, 5 de noviembre de 2007






Premio
Ala Décima
2007



Muchacha que baila

sobre mis papeles II,
de Luisa Oneida Landín






Ilustración de cubierta: Muchacha que baila sobre mis papeles, óleo sobre lienzo, 80 x 100 cm, de Carlos Rafael Vega, miembro del Grupo Ala Décima, inspirado en el presente texto y entregado a la autora como parte del premio.




Muchacha que baila
sobre mis papeles II


Luisa Oneida Landín




Primer premio

VII concurso nacional
Ala Décima (2007)




JURADO:

Modesto Caballero
Karel Leyva
Adelina González





DOLOR DE LO IRREMEDIABLE

Roberto Fernández Retamar escribió en el prólogo de Poesías completas de Cesar Vallejo, en la colección Literatura latinoamericana: “Así, por ejemplo, la extraordinaria elegía A mi hermano Miguel, con la que la poesía del luto familiar cuenta, en nuestra lengua, con un extraño llanto fraternal”.

Siempre pensé, después de leer ese poema, que a esas lindes del dolor no se podría ni siquiera acercarse. Ahora, Luisa Oneida Landín Ramos nos presenta su cuaderno Muchacha que baila sobre mis papeles II, que al igual que el poema mencionado, se enmarca dentro del aliento del luto familiar. Es poesía del dolor, pero no de cualquier dolor, sino del verdadero, del irremediable, de aquel que cuando brota, podrá alguna vez soportarse pero jamás calmar sus hincadas porque se vuelve como un fantasma líquido transitando, con sus estertores, por las arterias.

Sin embargo no hay sentimentalismo impúdico en los versos de Muchacha… Porque conocimos la tragedia y compartimos parte de su dolor, lo hubiéramos respetado si así hubiera sido, aunque, y eso lo sabe bien ella y quienes conocen la transparencia de los jurados del concurso nacional Ala Décima, seguramente no hubiera obtenido este premio. Pero se trata de una propuesta que contiene altos valores poéticos, con utilización de recursos literarios como el símil, la metáfora y la metonimia.

Intertextualiza de forma casi imperceptible. ¿Quién no recordaría a Martí cuando en la décima 10 dice: te vas y vuelves callada/ como el gesto de mi pluma? O a Miguel Hernández al expresar en la décima 8: La herida sobre el terruño/ de rojiza penitencia, o doy a tu sangre mi suma. Y así, va aflorando verso a verso, décima a décima, hasta conformar completamente el cuaderno, el aliento de tantos grandes sin que se pueda detectar en ningún momento una intención de abordarlo para alcanzar la belleza estética del conjunto, pero es que las almas de los poetas se vinculan e intercambian sus sentidos en las lindes abismales de la eternidad, donde tiempo y espacio no cuentan.

Sin echar mano a esos “novísimos” recursos efectistas, sin violentar la ruptura del esquema gráfico-sintáctico-sonoro de la décima tradicional, Oneida logra enmarcarse en la actualidad estilística con una modernidad de lenguaje y voz y recursos semánticos muy personales, los que ha sabido combinar con aciertos tanto en el versolibrismo como en la poesía rimada.

Muchacha que baila sobre mis papeles II será una conmovedora y a la vez interesante propuesta para los amantes de la poesía y en particular de la décima, y muestra fehaciente de que cuando se es poeta, por encima de la poesía, ni el dolor se impone. Y en este caso, Luisa Oneida Landín Ramos ha sabido convertir el llanto de la más cruel de las penas en altísimo lirismo estético.


Modesto Caballero Ramos





Muchacha que baila
sobre mis papeles II



Me queda por decir no sé qué cosa…

Jesús Orta Ruiz





1

hay un silencio redondo sobre la muerte que vivo.
desde la tierra percibo
la refulgencia del fondo.
callada vienes de un hondo penar hija a dónde vas
sin trino para el jamás con esa extraña manera
de estar viva dentro y fuera. y sé y no sé si vendrás.

2

no sé desconozco el modo de retener esta nube...
ibas en ángel que sube... no pude cambiarlo todo.
árbol soy donde me podo la transparencia del día.
donde guardé mi alegría tus huesos penden del llanto
porque de perderte tanto vives de mí hija mía.

3

hija que vuelve a la cuna despojada del dolor
vestida en el esplendor desahuciado de la luna.
cuando bajas sin ninguna disparidad en mi mente
todo ocurre en aparente vuelo hacia la infinitud
hija tienes la virtud de ser el tiempo presente.

4

baila muchacha ese rito de la llovizna en la roca
que armoniosamente toca las estaciones del mito.
tengo en la garganta el grito primero de tu alborada
llevas la boca cerrada en tus pies tanto decir...
hija es posible vivir aunque tú sigas callada.

5

muchacha que sin querer abandonas tu coraza
para que hoy dances en casa guardo la foto de ayer.
traigo una piedra en tu ser junto al sol meditabundo
choca en el sueño en que me hundo con su carga inevitable
para que de un roce amable marque tu paso en el mundo.

6

tu glamour por los rincones de muchacha desolada
tiene la absurda mirada de saberte hecha jirones...
dibujabas corazones muñecos flores pequeñas
tendidas como cigüeñas sobre porciones de hastío.
fueron trazos de rocío donde quedaron tus señas.

7

por qué tan solos tus huesos de qué modo vas girando
sobre mi cabeza armando todos tus sueños ilesos.
por qué deshechos tus besos sobre el arca que atesoro.
por qué el silencio es sonoro para esta voz que te sabe
bajo la losa que grave resplandece como un coro.

8

la herida sobre el terruño de rojiza penitencia
va talando en la inocencia de probarse en el rasguño.
ofrecidas bajo el puño del errático tiraje
páginas en largo viaje sin la brisa del regreso
sólo un sueño solo y preso en la cima del celaje.

9

yo persigo en la frontera de la razón y la lógica
esa quietud paradójica de rehacerte a mi manera.
voy urdiendo por la estera losa gusano desecho
dolor tan acá del pecho fibra tuya sólo mía
desde adentro yo quería la infinitud de tu techo.

10

definitiva esta huella sobre la tierra en que arde
mi otra versión de cobarde cuando no alumbra tu estrella.
porque tú danzas en ella te visto con piel de espuma
doy a tu sangre mi suma tinta azul a tu mirada…
te vas y vuelves callada como el gesto de mi pluma.

11

bailas por ti en el recodo de esta pared reverente
bailas tranquila en mi frente dices algo de algún modo.
todo está aquí desde un todo sabiamente conjugado
nada dicho se ha callado dentro la voz ya palpita
lo imperecedero habita doblemente en mi costado.

12

no sé bien si en la ruptura se ha quebrado mi palabra
si una puntada macabra late endeble en la sutura.
si la vida nos procura su encuentro con la verdad
asumo esta realidad sobre el manto que nos cerca
para que en mi letra terca escriba felicidad.





LUISA ONEIDA LANDÍN RAMOS (
La Habana, 1951) Miembro del Grupo de Creación Poética de la Fundación Nicolás Guillén. Graduada del primer Curso-Taller Historia y práctica de la Creación Poética, impartido por los poetas Jesús David Curbelo y Roberto Manzano, auspiciado por el Instituto Cubano del Libro y el Centro Nacional de Casas de Cultura. Poemarios publicados: Poemas (Editorial La tinta del alcatraz, México, 2000), La Habana tiene más de un jueves (Editorial Extramuros, 2005) y Marcas de Agua (Editorial El Mar y la Montaña
, 2006). Ha recibido diversos reconocimientos por su obra en versos, entre los que se destacan el Premio Extraordinario Nicolás Guillén en el Concurso Regino Pedroso 2002; Mención Especial en el Concurso Internacional Nosside Caribe 2002; Premio Angelito Valiente 2004; Premio Francisco Pereira 2005; y galardones en las ediciones del 2003 al 2006 del concurso nacional Ala Décima.