lunes, 27 de julio de 2009


Premio
del Grupo
Décima al filo,
IX concurso
Ala Décima
2009


Esquirlas
,
de Martha Rosa Fernández




JURADO:

Odalys Leyva
Argel Fernández
Modesto Caballero




El premio accesorio del Grupo Décima al filo en el concurso nacional Ala Décima lo otorga esa agrupación de poetisas al mejor cuaderno enviado por mujer.




Esquirlas


Martha Rosa Fernández







Lilith



soy del fango se presume
que rompí con la frontera
de mis muros en la espera
se enrarece hasta el perfume
de mi suerte no me abrume
con torpezas soy el fin
en este mundo festín
no soy mujer soy enigma
en mi frente hay un estigma
llevo el signo de Caín


qué es la verdad quién la enuncia
oigo una voz que se pierde
siento el colmillo que muerde
mi lengua porque denuncia
la bífida ley que anuncia
un ardid contra mi duelo
no quiero volar mi vuelo
se quedó donde la espera
me ha dejado prisionera
de la tarde y del desvelo


hoy divago como un paria
será que llegué primero
y el Edén fue mi madero
salid vagad mi plegaria
es sentirme necesaria
suelo bregar hasta el fondo
gris del barranco en el hondo
lodazal mi rostro gime
y ni este final me exime
de la culpa no respondo


no doy razones preveo
las leyes del que me acusa
pues la ausencia de mi blusa
no significa un trofeo
no soy diosa del deseo
ni de la luz amamanto
el fuego por el que canto
entre cuerdas ya raídas
las notas en estampidas
rasgan piedras de mi llanto


qué es el temor no es encuentro
ni es darle espalda a la vida
no es temerle a la partida
ni llorar el desencuentro
es filo que roza dentro
de mi carne es el quejido
de un sueño que se ha perdido
dentro de dudas y azares
es laberinto de mares
que me arrastran al olvido


dónde duermo no hay almohada
que sostenga mi cabeza
la reviso pieza a pieza
soy Quijote con espada
sin filo desenvainada
traigo lleno mi carcaj
en sus flechas la verdad
se encierra en un acertijo
no las tiro yo no elijo
elige alguna deidad


qué es la razón es la daga
con que sangrará mi frente
es la espada de la mente
que mi corazón apaga
puede ser la sombra vaga
que por error he fundido
el resto sigue escondido
en el fondo de la luz
la razón puede ser cruz
meditación y alarido


me debato entre la duda
mis ropas huyen por qué
me embiste lo que no fue
por qué mi cuerpo se escuda
bajo la sentencia cruda
que ensombrece la piedad
en harapos de orfandad
van mis espinas un cacto
es la savia de mi pacto
entre el miedo y la verdad


en busca de un nigromante
del misterio me alucina
y no puedo con la espina
acusad yo sigo errante
en el infierno de Dante
soy Beatriz busco soborno
la luz que no llega entorno
los ojos a mi destino
yo voy como el peregrino
no me interesa el retorno


entre verdad y censura
entre un temblor y mi sombra
que vuela un halcón me nombra
me grita y en mi estatura
no escucho clamo mesura
me tiene atada a sus pies
de raíz soy el traspiés
que mi utopía comparte
mi halcón se ha perdido parte
sobrevuela en el revés


quién duda de mi existencia
quién no me escucha perdón
la cordura no es mi don
no llevo trajes la esencia
es dudar de la presencia
de aquel signo quien me enfrente
que se arriesgue y no alimente
esperanzas no me acuse
con mi historia no se cruce
llevo a Caín en la frente.





MARTHA ROSA FERNÁNDEZ
(Las Tunas, 1961). Médico endocrinóloga. Integrante del taller literario ”Cucalambé” y del taller de narrativa “La Oveja Negra”. Ha publicado Celulín (2006, cuento para niños) y Travirrumba (2007, poesía para niños). Alcanzó el Premio Meñique 2007 en cuento corto para niños, el Gran Premio en el tercer concurso nacional Décima al Filo 2007, y en ese mismo año la primera mención en el concurso de glosas Canto alrededor del punto y primera mención en el concurso Principito, en el género de narrativa.


miércoles, 8 de julio de 2009

Premio
Décimas
para el amor
"Hermeides Pompa",
IX concurso
Ala Décima
2009


Trazos que el agua condena
,
de Lisbet Alemán



JURADO:

Odalys Leyva
Argel Fernández
Modesto Caballero



El premio accesorio Décimas para el amor Hermeides Pompa en el concurso nacional Ala Décima lo otorga la Casa Iberoamericana de la Décima El Cucalambé, de Las Tunas.





Trazos que el agua condena


Lisbet Alemán





Trazos que el agua condena


Cuando el amor no distingue
las dimensiones del pecho,
se cobija en otro techo
y toda el hambre se extingue.
Cuando el amor no distingue
la pasión de quien lo clama,
quemándose con la flama
ardiente de quien lo nombra
se va apagando en la sombra
muriendo en su propia cama


En la fiebre desmedida
amor y dolor se juntan
y con sus dedos apuntan
sobre la reciente herida
para un alma poseída
por este don y cadena
amar es cargar la ajena
lucha del cuerpo y la mente
aunque el corazón se ausente
en un canto de sirena


Es escribir en la arena
poemas desconocidos
dibujar trazos torcidos
trazos que el agua condena
a ahogarse en la tibia pena
de las olas y del viento
abrirse por un momento
el pecho completo, todo
y no encontrar nunca el modo
que apellide al sentimiento


Es de los dones divinos
que dio la naturaleza
el de más honda nobleza
el de más hermosos trinos
la raíz de los encinos
la simiente de los suelos.
Ángel que guarda los cielos
para entreabrirlos después
y que nazcan a tus pies
como gigantes pañuelos


El que ama no pretende
amarrarse en otra piel
pretende llenar el cruel
vacío que no lo enciende
quien ama da todo, entiende
que amar es darse sin miedos
aunque te marquen los dedos
y te titulen de loco
quien ama entiende muy poco
de normas, reglas o credos


Amar es llenar de luz
la vida de quien amamos
un recibir cuando damos
aunque nos muerda la cruz
de sentirnos sobre sus
alas sin saber volar,
amar es nunca dejar
de ser niños y elevarse
en cada ilusión y darse
sin renunciar a soñar


El gesto de un hombre ciego
sentado sobre la acera
como quien la luz espera
sintiendo el calor del fuego
Es desvanecerse luego
en una pasión radiante
es un latido cortante
con la fuerza de los dioses
haciendo de los adioses
una iniciación constante


Un perfume que se asoma
siempre en frasco diferente
es inexplicablemente
poner punto si va coma,
ligarnos con el aroma
del cuerpo que nos estrecha
es de Cupido la flecha,
que se encrespa con la piel
cuando se acorta el papel
y el reloj cambia de fecha


Es como el sol y la noche
el placer de los amantes
que encontrándose distantes
hacen de su amor el coche
que los junta como un broche
muy difícil de romper,
amar es dejar de ser
en el placer del minuto
para transformarse en fruto
en el continuo nacer


Amar es nunca perder
aún creyéndonos vencidos
es saber dejar cosidos
trozos de recuerdos, ver
que consiste en no correr
para alcanzar la conquista
amar no es llenar la lista
para anotarnos más puntos
se trata de otros asuntos
que no saltan a la vista


Los caminos de la vida
están llenos de remiendo
el alma va oscureciendo
con tanta angustia suicida.
Sin iniciar la partida
muchos se dan por vencidos
y en intentos repetidos
ponen la suerte en los dados.
Amar es vencer los grados
aunque salgamos heridos


Si toca fuerte revuelve
las fuerzas del universo
como quien cierra en un verso
el verso que siempre vuelve
tarda a veces y resuelve
manifestarse en la guerra
y da la espalda y se encierra
con sus ojos inseguros
sólido como los muros
que se siembran a la tierra


Es el impulso que aprieta

y va creciendo por dentro
porque el amor es el centro
en la pluma del poeta
es empinar un cometa
tirar botellas al mar
es un compartir y dar
para vencer el abismo
y chocar con uno mismo
después de tanto buscar





L
ISBET ALEMÁN MURGA (Ciudad de La Habana, 1989). Bachiller en Humanidades. Pertenece al taller literario Rolando Escardó, de la Casa de la Poesía de la Oficina del Historiador, en La Habana Vieja. En 2008 obtuvo mención en el concurso nacional de glosas Canto alrededor del punto, de homenaje a Adolfo Martí Fuentes, convocado por la Casa Iberoamericana de la Décima El Cucalambé, de Las Tunas.