miércoles, 24 de junio de 2009

Premio
de tema erótico
IX concurso
Ala Décima

2009

Olas y señales,
de Ondina Gamboa





JURADO:

Odalys Leyva
Argel Fernández
Modesto Caballero



El premio accesorio de tema erótico en el concurso nacional Ala Décima lo otorga el Centro de Arte y Literatura Fayad Jamís, de Alamar, La Habana del Este.




Olas y señales


Ondina Gamboa




Olas y señales



En las olas me abandono
y en lo oscuro de la danza,
dueña soy de la esperanza
y enemiga del encono.
Cien mariposas te dono,
para espantar lo perverso,
en el amor me disperso
donde se ocultan las brumas.
Mi barca es viento de espumas,
voy peregrina del verso.

En la sombra de la palma
un vendaval se consume,
entre recuerdo y perfume
va mi piel, se va mi alma.
Tímida, sensual, con calma
me enredo con el destino.
Si la veleidad es sino
sobre clavos y desmanes,
iré repartiendo panes,
descalza, por el camino.

Entre el camino y la espada
se desgarran las disputas
y los fracasos que escrutas
a los duendes de la nada.
La justicia equivocada
juega a la suerte sin frenos.
Ya ha robado a los ajenos
y en la eternidad, la furia
tiene matices de injuria,
es un alud, son los truenos.

Mi barco de caracolas,
está preñado de empeños
y de misteriosos sueños,
hay duendes sobre las olas.
Las musas en camisolas
tocan arpas peregrinas.
Esculpen las golondrinas
se estela de blanco encaje,
mientras se cambian de traje
en mi barco las Ondinas.

Es marzo, me besa el viento
de otoños en estampida
se abre sin piedad la herida
que ha lacerado el intento.
Eternizo este momento,
que me aleja del oscuro
sendero, si venzo el muro
que cierra los ventanales.
Mi sed sacio en manantiales
que me llevan al futuro.

Voy sola con la conciencia
que no teme a los ocasos
noviembre se va sin pasos,
es tribunal que sentencia.
Aún me visto de inocencia
bajo la mirada cruda
y el tiempo va con la duda
pero el temor no me alcanza.
Vestida por la esperanza
esta mujer va desnuda.

Con mis ángeles de rojo
corro la venda de luz
se desliza hasta mi cruz
en la noche que me escojo.
Todo el intento remojo
en la paz que se descorre.
Dejo que mi mano borre
la tempestad que me asalta
no hay cordura, nada falta
en él yo, que me socorre.

Borro sin piedad la huella
del pasado sin fortuna.
Cada duende de mi luna
como el espanto, me sella.
Salta la calma, destella
un credo en mi verso triste
sobre la mesa resiste
la soledad del asombro.
Hoy me salva del escombro
el silencio que me embiste.

Camino sola, testigos:
son el pecho, la promesa.
Salir del mañana ilesa
sin soledad de mendigos.
Los arpegios son amigos
que avizoran cualquier duda,
el latido que me anuda
al cuello de los verdugos.
No necesito mendrugos
sobre mi espalda desnuda.

El alma se desdibuja
en mis sueños de agonía
y le temo a la elegía
y al encono de la aguja
el núcleo de mi burbuja:
la única paz que me agencio.
Yo no culpo, no sentencio
soy un duende sin color
que siembra granos de amor
en los surcos del silencio.





ONDINA CARIDAD GAMBOA GUTIÉRREZ. (Nació en Las Tunas el 23 de marzo de 1960 y acaba de fallecer en esa ciudad, el 22 de junio del 2009, víctima del cáncer). Licenciada en Química. Además del presente lauro, recibió varios galardones por su obra en poesía, entre ellos el Premio Tomasa Varona en el 2007, y en ese mismo año, el Premio “Palabra de Eva”, que entrega la Peña de Míriam Peña, de Velasco, Holguín, en el III encuentro nacional Décima al filo, de mujeres decimistas, en Guáimaro, Camagüey. Recientemente, en su lecho de enferma, recibió de la Editorial Sanlope, de Las Tunas, su primer libro publicado, el decimario Mujer descalza.