Canto a la musa,
de José Miguel
Ramos Puerto
Ramos Puerto
A partir del 2009, la filial
del Grupo Ala Décima en San Miguel del Padrón, municipio natal de Jesús Orta
Ruiz, el Indio Naborí, rinde tributo al poeta con el concurso
nacional de glosas que lleva su nombre. En esta séptima
edición (2015) mereció
ese lauro el texto Canto a la musa, del poeta José
Miguel Ramos Puerto (La Habana, 1940), reconocido como el
escritor invidente más ganador en la Asociación Nacional del Ciego,
amigo cercano del Indio
Naborí, de quien se reconoce discípulo. Es la primera ocasión en que la
casualidad quiere que un aeda privado de la visión conquiste el certamen que
lleva el nombre del autor de Con tus ojos
míos, con similar limitación física.
José
Miguel Ramos Puerto cuenta con numerosos reconocimientos y
publicaciones de sus versos, entre ellas su poemario en décimas Humedad de
arcoiris (Editorial Extramuros,
2005), presentada ese año en la Feria Internacional del Libro de La Habana. Ha
incursionado en la poesía para adultos y niños, en el cuento, en el teatro y en
el artículo periodístico. Dirigió por muchos años la revista Faro, de la Asociación
Nacional del Ciego.
Canto a la musa
La musa que está y no está
es como la mariposa
que cuando quiere se posa
y cuando quiere se va.
es como la mariposa
que cuando quiere se posa
y cuando quiere se va.
Jesús Orta Ruiz
(Indio Naborí)
(Indio Naborí)
Estoy ante el parpadeo
místico de una quimera
como el que espera y no espera,
como un guardián, como un reo.
Me domina el centelleo
de una luz que no estará
a mi lado, y más acá,
con su palabra inconclusa,
es que descubro a la musa,
la musa que está y no está.
místico de una quimera
como el que espera y no espera,
como un guardián, como un reo.
Me domina el centelleo
de una luz que no estará
a mi lado, y más acá,
con su palabra inconclusa,
es que descubro a la musa,
la musa que está y no está.
Trato de hallar su figura
con poético pincel;
y, si la pinto clavel,
se oculta, se transfigura.
Regresa con esa pura
epidermis de la rosa;
y la imagen voluptuosa,
mientras su perfume exhala,
se aleja batiendo el ala…
es como la mariposa.
con poético pincel;
y, si la pinto clavel,
se oculta, se transfigura.
Regresa con esa pura
epidermis de la rosa;
y la imagen voluptuosa,
mientras su perfume exhala,
se aleja batiendo el ala…
es como la mariposa.
Me quedo a merced de ella,
a oscuras en el camino,
como se queda el marino
cuando se oculta la estrella
que le indicaba la huella
en la noche tempestuosa;
y comprendo que la rosa,
que juega a ser una intrusa
es el disfraz de la musa
que cuando quiere se posa.
a oscuras en el camino,
como se queda el marino
cuando se oculta la estrella
que le indicaba la huella
en la noche tempestuosa;
y comprendo que la rosa,
que juega a ser una intrusa
es el disfraz de la musa
que cuando quiere se posa.
¿Y qué he de hacer con su
encanto
de ser y no ser embrujo
que a Naborí lo sedujo
y conmigo hace otro tanto…?
Ella se viste de santo,
de Changó, de Yemayá,
de mariposa o majá,
de mil formas en la entrega.
Yo la arrullo cuando llega
y cuando quiere se va.
de ser y no ser embrujo
que a Naborí lo sedujo
y conmigo hace otro tanto…?
Ella se viste de santo,
de Changó, de Yemayá,
de mariposa o majá,
de mil formas en la entrega.
Yo la arrullo cuando llega
y cuando quiere se va.
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