El mar en el espejo,
de Rolando Ávalos Díaz
En el VI
Concurso de décima escrita Toda luz y toda mía —cuya premiación se efectuó en junio
durante el Quinto
Festival Internacional de esa agrupación con sede en Sancti Spíritus— se
entregó por segunda vez un lauro del Grupo
Ala Décima para autor joven, que correspondió a la obra El mar en
el espejo, de Rolando
Ávalos Díaz (La Habana, 1988). Integraron el jurado de este certamen los poetas Alejandro
González Bermúdez, Antonio
Rodríguez Salvador y Pedro
Péglez González.
El mar en el espejo
EL MAR EN EL ESPEJO
Estos barcos que tropiezan contra el espejo.
Estos barcos de papel sobre los charcos del espejo,
que se besan con las proas,
que bostezan y hasta empañan el
cristal
del horizonte de sal,
estos barcos que se mecen
sobre la mar-cha
parecen espejismos de metal.
ANCIANO FUTURO
¡Feliz
polvo!
Gabriel García Márquez
Bostezo la certidumbre,
trago insectos y bacterias.
Hijastro de las histerias,
los escombros y la herrumbre,
trago polvo (esa costumbre
del agua en su lado oscuro);
polvo que levanta un muro,
una alargada pared,
mientras restaura la sed
de cierto anciano futuro.
MANZANAS EN EL DESVÁN
Dios y sus opuestos polos:
Eva y Adán. Al fin solos,
pensó, ingenuamente, Adán.
Serpientes comparten pan
y peces en igual nido.
En tanto vivo aterido
en un costado del cielo
como génesis de hielo
derretido.
PRONOMBRARNOS
Tú: costilla en sangre untada.
Tú: erupción, reciedumbre.
Yo: tótem de la costumbre.
Tú: banalidad sagrada.
Yo: verdad menoscabada.
Tú: pecado original.
Yo: dromedario ancestral.
Tú: el ojo de alguna aguja.
Yo: vocación de burbuja.
Tú: música incidental.
POLVO DE ESTRELLAS
Un hombre de cenizas te seguirá despacio
te buscará en el polvo estrellado de anoche;
un hombre de cenizas despierta a medianoche
con una luna nueva latiendo en el espacio
de sus manos vacías ante tu pelo lacio,
ante los tonos rojos de tu voz de manzana.
La luna es guardabosques, guardaparques, guardiana,
baila despacio un vals con su luz delatora.
Con ojos achinados Eva sonríe y llora:
el Edén quedará listo el fin de semana.
MINAS EN LA LENGUA
A
solas todo parece cierto.
Ronel
González Sánchez
I
Manos de manzana intacta,
pies de mariposa, dedos,
suspiros como remedos
de una soledad abstracta,
polucionada, inexacta,
pólenes, grises cuartillas,
huellas del viento, colillas,
noctámbulo resplandor.
Soledad: labios en flor.
Soledad: huecas mejillas.
II
Laberíntico desván.
Diálogos del polvo
(a
solas).
Colecciono caracolas que parten
pero no van a los cielos.
Volverán las oscuras golondrinas.
Paladeo las esquinas
de mi barrio adolescente
(adolezco)
len ta men te.
Cuidado: en mi lengua hay minas.
AULLIDOS
1
Huele a canela el pasado,
a perfume femenino,
a tierra con lluvia, a vino
con nombre de pan. He andado
lejos de todo. He mudado
la edad, la casa y la abuela.
Abrí una puerta de tela
blanca sin más que un recurso:
enervarme en el discurso
vertical de cualquier vela.
Pasado lento, otoñal:
tarda, pero no te quedes
colgado de mis paredes
resbalosas. Sé abismal.
Tala mi voz de cristal,
tu rostro de los espejos,
armarios, zapatos viejos,
ropas y olor a guardado,
y quédate en un pasado
neblina, imposible, lejos.
2
Otoño senil y el viento…
Como cíclopes vejados
nuestros ojos, alunados,
como eclipses con aumento.
Un ocaso a fuego lento
salpicado en tonos grises
más allá de lo que dices
o callas, de la penumbra.
Uno apenas se acostumbra
a los finales felices.
3
Cada vez que alzo los ojos
el cielo está en otra fase.
CUIDADO HAY LUNA NO PASE
Me oculto entre los matojos
si no mutan sus enojos
llenos de nuevos menguantes
blancos sobre negro. Antes
la despertaban temprano
mis aullidos de soprano,
polifónicos, errantes.
Ahora desaparece
tras una leve aureola
ajena, pálida, sola.
Antes que nadie amanece.
Astro reina que merece
mis respetos. Astro-urna.
Perfil de madona diurna,
alta dama azul cristal,
cono de luz cenital
sobre la escena nocturna.
GIROS
Shine on you
crazy diamonds.
Pink Floyd
Gira el sol desde temprano
sobre un círculo de tiza,
gira el cielo y me da risa,
risa de enorme verano.
Shine on you
crazy Vulcano
mil diamonds en mi saliva.
Llamaradas de cal viva
pero un cielo cabizbajo.
Como es arriba es abajo,
como es abajo es arriba.
HE MUERTO
Han planificado, todos, un silencio obtuso, y mi ansiedad de recluso el
polvo se la ha callado. Morí. Soy un estofado de vísceras y desvelos, de
sangre, semen y pelos, lenta descomposición. Tétrica mi iniciación en el Reino
de los Cielos.
ESTRELLA DISTANTE
Hemos tentado al miedo.
De rodillas estamos ante Dios.
No somos tantos.
Desde el poniente nos llegan los cantos.
La estrella siempre se aleja unas millas.
¿Apóstoles? Pero no hay doce sillas.
¿Qué sitio ocupo? ¿En cuál de ellos existo?
Después de tantos siglos no resisto
esta fisonomía de hombre nuevo.
Después de varias eras no hay relevo
para el que se llamaba Jesucristo.
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