Formas de contener el vacío,
de Elizabeth Reinosa Aliaga
de Elizabeth Reinosa Aliaga
Equivalente al segundo lugar del certamen, el Premio especial Centenario de Samuel
Feijóo, conferido por el Centro
Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, consistió en una obra
de arte y libros, que recibió la premiada de manos de la especialista de
Relaciones Públicas de esa institución, Consuelo Sotelo. También el cuaderno conquistó el Premio Guillermo
Cabrera Álvarez, concedido por el periódico Juventud Rebelde al mejor poemario de
autor joven, el cual le fue entregado por Sara Cotarelo, jefa de Atención a
lectores y miembro del Consejo de Dirección de ese órgano de prensa.
Formas de
contener el vacío
Elizabeth Reinosa Aliaga
Premio especial Centenario de Samuel Feijóo
y Premio Guillermo Cabrera (Juventud Rebelde)
y Premio Guillermo Cabrera (Juventud Rebelde)
XIV concurso nacional
Ala Décima (2014)
Ala Décima (2014)
JURADO:
Formas de
contener el vacío
El orden es un suspenso en
equilibrio,
la ausencia de talismanes,
la esencia de un animal
indefenso
que se transforma.
Está tenso el arco
pero sin flecha.
El orden es una fecha
alterada por error.
El inicio es el dolor,
el fin una luz que acecha.
I
Inauguro
el artificio,
desnuda
salto al espejo.
Ya no
creo en el conejo de la suerte.
hay un
indicio en mi sangre,
un
precipicio en mi garganta.
Hay un
puente mutilado,
hay una
fuente destructora,
una familia…
Me da
miedo esta vigilia,
esta
voz tan diferente.
II
No sé
por qué me detengo
a
analizar cada paso.
Será
porque todo ocaso
me
mancha las manos.
Tengo
un jardín de sombras.
Vengo
con un pañuelo en los ojos,
no
quiero ver los cerrojos conocidos.
Nadie
sabe
dónde
se esconde la llave
de la
muerte y sus despojos.
III
Vuelvo
a poner los cuchillos
como
una cruz de metal.
Vuelvo
a limpiar el cristal
que me
muestra los colmillos de la ausencia,
sus
anillos de oscuridad y añoranza.
Alguien
me invita a la danza,
a
elegir un antifaz.
Vuelvo
a mirar hacia atrás
y me
penetra la lanza
del
olvido.
Toda
muerte
es matrioska
del vacío.
Toda
muerte lleva un río de sangre.
No me
divierte
tener
que probar la suerte,
sin
negar ni decidir,
de nada
vale fingir
que la
mañana florece
cuando
el sol se desvanece.
Todo destino es
partir.
El caos apunta al centro de la
tierra.
Alta ficción en el juego
es la razón que ya no asiste
al encuentro cotidiano.
Salgo… entro a la cáscara,
me escondo del veneno,
no del fondo del recipiente.
Feroces entre paredes las voces
me llaman
y no respondo.
I
Los
cubiertos
en la
mesa sin oración,
sin la
cruz.
Me
sobra el tiempo.
La luz
me inmoviliza,
estoy
presa.
Sin el
pan,
sin la
promesa,
no debo
evadir la fe.
Regreso
a la taza,
al té,
al
futuro que me acosa.
Mi
rostro no es el que posa,
el
dolor nadie lo ve.
II
Quiero
encontrar un refugio
en la
verdad absoluta
de lo
incierto.
Alguna
ruta a la luz,
un artilugio.
Indago
en un subterfugio
que no
me vuelva extranjera
en mi
cuerpo.
-Pasajera
que deja atrás este averno-
He de
partir a lo eterno…
pero
arremete ¡Viajera!
III
Entre
límites difusos:
-de la inocencia,
el infierno-
Aposté
por un invierno de regresos
inconclusos.
Para
miedos y confusos territorios
tuve un
faro.
Fue más
violento el disparo
que el
sueño,
que la ruptura.
No fue
sangre,
fue pintura
fue
irreal mi desamparo.
IV
Estos
años desembocan
en
arterias,
desencuentros.
Paralelos
los encuentros del espejo
me
provocan bifurcaciones,
evocan
el patio,
los
remolinos de ausencias,
son
inquilinos de la noche
que se alarga.
Su
constelación amarga:
las
aspas de los molinos.
V
Y ahora
quién me pregunta
por el
tiempo y los disfraces,
quién
me exige hacer las paces
con la
vida.
Quién
me apunta
al
pecho con su presunta
añoranza.
Quién confiesa
ser
culpable. Quién regresa
a
cortar la margarita.
Quién
bromea, quién me habita…
Dónde
queda la sorpresa,
sin el
papel de regalo,
sin el
rojo y la alegría imposible
de este
día que con el dedo señalo.
Ahora
yo me apuntalo,
compro
una realidad sin tonos grises.
Mi edad
ya no
es un sol prematuro.
Ahora
me invento un muro,
una
casa,
una
ciudad.
ELIZABETH
REINOSA ALIAGA (Bayamo, Granma, 1988; residente en La Habana). Ingeniera en
Ciencias Informáticas. Miembro de la Asociación
Hermanos Saíz. Egresada del XIII Curso de Técnicas Narrativas Onelio Jorge
Cardoso. Textos suyos han
aparecido en diversos periódicos, revistas y antologías, dentro y fuera de
Cuba. Ha recibido numerosos lauros por su obra en versos, entre ellos el Premio de poesía José Antonio Echeverría
(2006), el Nieves de Mayabeque (2011), el Premio
Décima al filo en el XI concurso Ala Décima (2011), el segundo
premio en el XV concurso Regino Pedroso (2012), el tercero en el Farraluque
de poesía erótica (2012), mención en el concurso Wolsan-Cubapoesía (2012) y el tercer
premio en el VI concurso nacional Décima al filo.
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