Glosas y azares,
de Antonio Borrego
También premio
de tema comunitario
Equivalente al segundo lugar del certamen, el Premio
Especial Centenario de Francisco
Riverón Hernández
fue conferido por el Centro
Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado y consistió en
una obra de arte y una selección de libros. Por el premio Célida
Cortina, al mejor texto de tema comunitario, otorgado por el Grupo
Toda luz y toda mía, de Sancti Spíritus, recibió libros donados por esa
agrupación.
Glosas
y azares
Antonio Borrego Aguilera
Premio Especial Centenario
de Francisco Riverón Hernández
XVII concurso nacional
Ala Décima (2017)
JURADO:
Glosas
y azares
…y el agua que no corría
volvió para darme agua.
Rafael Alberti
Ciegos pájaros sin vuelo,
salgan de mí, de mi adentro.
Renael González
DESVENCIJO
Ada Isabel Machín*
Nos queda la puerta
rota
y el patio olvidado y
yerto.
Hay un fantasma en el
huerto
que en su ruina se
denota.
Esta casa fue devota
de ese olor que está
prendido
a las paredes, y el
ruido
de aquella alegría
lejana
nos dice que en la
ventana
hay un invierno encendido.*
Aunque el recuerdo
prohíba
esta lágrima ilusoria,
le damos vuelta a la
noria
hasta quedar
bocarriba.
En lo oscuro algo se
aviva,
quizá pájaro,
alborada.
El todo se vuelve nada
y la vieja oscuridad
enciende su soledad
sobre la lumbre apagada.*
Alguien derribó el
portal
y se fue como quien
huye.
El tiempo todo lo
engulle:
el canto, la fe, la
sal…
Donde tierra, lodazal,
donde alegría,
punzada,
donde yo tuve una
almohada
existe una mancha
gruesa
y donde estuvo la mesa
hay una ausencia sentada.*
Pero dispongo el
recuerdo
de tal modo que el
ayer
pasa de momento a ser
realidad de la que
muerdo
un trozo de pan y
pierdo
la hebra que había
tendido.
Siento que algo se ha
perdido,
el sueño lo arrasa
todo
y un hambre ausente
acomodo
ante el ayuno servido.*
HUELLAS
Ada Isabel Machín*
Urge el camino, las
huellas
se deshacen mientras
llueve,
el viento a gruñir se
atreve
ante las pobres estrellas.
Has escuchado
querellas
de la luna que se
eriza.
Nadie te alienta o te
avisa
cuánto pesa tu
destino.
Ponle una estrella al
camino.
Hay un camino con prisa.*
Calcula la oscuridad,
enciende un fósforo y
mira.
El descalabro conspira
con tu propia libertad.
No te fíes, la piedad
cuenta sus propios
fracasos.
Los hombres rompen sus
lazos
cuando inventan nuevas
rutas.
Entre pisadas hirsutas
una huella entre mil pasos.*
Se hundió tu barca,
remedo
de lo que la vida
fuera.
Al hombro va la
quimera
como témpano de miedo.
El mar te sostiene el
credo
que alimenta tus
altares.
Vuelve a los viejos
manglares,
sacia tu hambre con un
pez.
La sed convierte en
revés.
Bebe de un sorbo dos mares.*
Quizás encuentres las
redes
cuando baje la marea.
Arrea esa ola, arrea
angustias, y no te
quedes
cercado por las
paredes
de un dolor que todo
escancia.
Impone el mar su
fragancia
sobre tu labio
sediento.
Calma tu sed con el
viento.
Bebe también la distancia. *
ABUELA
Ada Isabel Machín*
Se le quedaron los
años
presos en la
tendedera.
Murieron en primavera
sus escuálidos
rebaños.
Los carneros aledaños
pastan un recuerdo
leve.
Nadie a olvidarla se
atreve
ni en la casa, ni en
la misa.
Abuela se fue con
prisa,
dormita un sueño de nieve.*
Nadie esculpirá su
nombre
ni en el pino del
jardín.
Lavó las ropas del
ruin,
del cura.. Nadie se
asombre
por haber amado a un
hombre
que le regaló un
cordel
de ropas sucias, bedel
de su exigua juventud.
Siento que llega un
alud
a ratos, casi en tropel.*
PLEGARIA
Ada Isabel Machín*
Empujo la playa,
empujo
el horizonte brumoso.
Se nublan mis ojos,
toso
todo el salitre que
estrujo.
Pero hasta el mar me
condujo
un instinto, un
desacierto.
La noche me da por
muerto
cuando me agarro al
pretil.
Cuánta noche sin candil
por los celajes del puerto.*
Cuánta plegaria remota
eché al mar cuando
partía.
Cuánto adiós por si
volvía
o por si no. Cuánta
rota
esperanza que se agota
ante el oleaje
desierto.
Cuánto pesa estar
despierto
para salvar el redil.
Cuánta noche sin candil
por los celajes del puerto.*
ALMUERZO FAMILIAR
Ada Isabel Machín*
Se disponen los
cubiertos
y los manteles de
holán,
pulcros los platos
están,
los ventanales
abiertos.
Los invitados
inciertos
que esperan nunca han
venido.
El almuerzo está
servido
y el mayordomo se
enerva.
Hay un vino en la
reserva,
está el hambre, su alarido.*
El hambre está en una
silla
observando con fijeza,
nadie la sienta a la
mesa,
nadie le ofrece una
orilla.
Se le dobla la rodilla
de tal modo que
conmueve.
Arrodillada se atreve
a pedir agua, un
rezago,
y se toma trago a
trago
la sed que nadie se bebe.*
La sed y el hambre
dialogan
en el corredor del
fondo,
se han sumido en lo
más hondo
de esta ausencia que
prorrogan.
Y los sirvientes
abogan
por un bochorno más
leve.
Los invitados de nieve
no han llegado todavía
y en esta mesa vacía
solo el silencio se mueve.*
ANTONIO
BORREGO AGUILERA (Las
Tunas, 1962) es Licenciado
en Dirección Artística de los Medios Audiovisuales, en el Instituto Superior de
Arte de La Habana. Tiene
publicados, entre otros, los poemarios Doy gracias a Dios de ser ateo
(1991); Terrenal
(Primera mención concurso nacional Cucalambé 1992; Editorial
Sanlope,1993; libro con el
cual se confirmó en la
avanzada de los poetas tuneros que abrían camino a la revitalización de la
poesía escrita en estrofas de diez versos); Diapositivas
(1998); Juegos lunares (1998); Juanillo (2004) y Ovejas y
demonios (2007). Alcanzó el tercer
lugar en el concurso iberoamericano Cucalambé 2009. En el año anterior, con
su breve conjunto de poemas Paisaje
familiar, había alcanzado el premio en el concurso
nacional Décima y tradición, y esa obra fue presentada en plegable durante el encuentro celebrado en diciembre del 2009, por el
aniversario 16 de la Casa
Iberoamericana de la Décima Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, El Cucalambé.
En nuestro sitio, de Paisaje familiar,
su poema De
mis abuelos a Naborí; de su libro Terrenal, los poemas Paráfrasis
sobre la que danza una bailarina, Glosa
y La
playa donde amaneces.
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