viernes, 24 de febrero de 2017

Segundo premio Ala Décima 2017



 
Glosas y azares,
de Antonio Borrego

También premio
de tema comunitario



 


Equivalente al segundo lugar del certamen, el Premio Especial Centenario de Francisco Riverón Hernández fue conferido por el Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado y consistió en una obra de arte y una selección de libros. Por el premio Célida Cortina, al mejor texto de tema comunitario, otorgado por el Grupo Toda luz y toda mía, de Sancti Spíritus, recibió libros donados por esa agrupación.







Glosas y azares

Antonio Borrego Aguilera



Premio Especial Centenario
de Francisco Riverón Hernández
XVII concurso nacional
Ala Décima (2017)


JURADO:







 


Glosas y azares




…y el agua que no corría
volvió para darme agua.

Rafael Alberti



Ciegos pájaros sin vuelo,
salgan de mí, de mi adentro.

Renael González




DESVENCIJO

                       Ada Isabel Machín*

Nos queda la puerta rota
y el patio olvidado y yerto.
Hay un fantasma en el huerto
que en su ruina se denota.
Esta casa fue devota
de ese olor que está prendido
a las paredes, y el ruido
de aquella alegría lejana
nos dice que en la ventana
hay un invierno encendido.*

Aunque el recuerdo prohíba
esta lágrima ilusoria,
le damos vuelta a la noria
hasta quedar bocarriba.
En lo oscuro algo se aviva,
quizá pájaro, alborada.
El todo se vuelve nada
y la vieja oscuridad
enciende su soledad
sobre la lumbre apagada.* 

Alguien derribó el portal
y se fue como quien huye.
El tiempo todo lo engulle:
el canto, la fe, la sal…
Donde tierra, lodazal,
donde alegría, punzada,
donde yo tuve una almohada
existe una mancha gruesa
y donde estuvo la mesa
hay una ausencia sentada.*

Pero dispongo el recuerdo
de tal modo que el ayer
pasa de momento a ser
realidad de la que muerdo
un trozo de pan y pierdo
la hebra que había tendido.
Siento que algo se ha perdido,
el sueño lo arrasa todo
y un hambre ausente acomodo
ante el ayuno servido.*




HUELLAS

                          Ada Isabel  Machín*

Urge el camino, las huellas
se deshacen mientras llueve,
el viento a gruñir se atreve
ante las pobres estrellas.
Has escuchado querellas
de la luna que se eriza.
Nadie te alienta o te avisa
cuánto pesa tu destino.
Ponle una estrella al camino.
Hay un camino con prisa.*

Calcula la oscuridad,
enciende un fósforo y mira.
El descalabro conspira
con tu propia libertad.
No te fíes, la piedad
cuenta sus propios fracasos.
Los hombres rompen sus lazos
cuando inventan nuevas rutas.
Entre pisadas hirsutas
una huella entre mil pasos.*

Se hundió tu barca, remedo
de lo que la vida fuera.
Al hombro va la quimera
como témpano de miedo.
El mar te sostiene el credo
que alimenta tus altares.
Vuelve a los viejos manglares,
sacia tu hambre con un pez.
La sed convierte en revés.
Bebe de un sorbo dos mares.*

Quizás encuentres las redes
cuando baje la marea.
Arrea esa ola, arrea
angustias, y no te quedes
cercado por las paredes
de un dolor que todo escancia.
Impone el mar su fragancia
sobre tu labio sediento.
Calma tu sed con el viento.
Bebe también la distancia. *




ABUELA

                    Ada Isabel Machín*

Se le quedaron los años
presos en la tendedera.
Murieron en primavera
sus escuálidos rebaños.
Los carneros aledaños
pastan un recuerdo leve.
Nadie a olvidarla se atreve
ni en la casa, ni en la misa.
Abuela se fue con prisa,
dormita un sueño de nieve.*

Nadie esculpirá su nombre
ni en el pino del jardín.
Lavó las ropas del ruin,
del cura.. Nadie se asombre
por haber amado a un hombre
que le regaló un cordel
de ropas sucias, bedel
de su exigua juventud.
Siento que llega un alud
a ratos, casi en tropel.*




PLEGARIA

                        Ada Isabel Machín*

Empujo la playa, empujo
el horizonte brumoso.
Se nublan mis ojos, toso
todo el salitre que estrujo.
Pero hasta el mar me condujo
un instinto, un desacierto.
La noche me da por muerto
cuando me agarro al pretil.
Cuánta noche sin candil
por los celajes del puerto.*

Cuánta plegaria remota
eché al mar cuando partía.
Cuánto adiós por si volvía
o por si no. Cuánta rota
esperanza que se agota
ante el oleaje desierto.
Cuánto pesa estar despierto
para salvar el redil.
Cuánta noche sin candil
por los celajes del puerto.*




ALMUERZO FAMILIAR

                           Ada Isabel Machín*

Se disponen los cubiertos
y los manteles de holán,
pulcros los platos están,
los ventanales abiertos.
Los invitados inciertos
que esperan nunca han venido.
El almuerzo está servido
y el mayordomo se enerva.
Hay un vino en la reserva,
está el hambre, su alarido.*

El hambre está en una silla
observando con fijeza,
nadie la sienta a la mesa,
nadie le ofrece una orilla.
Se le dobla la rodilla
de tal modo que conmueve.
Arrodillada se atreve
a pedir agua, un rezago,
y se toma trago a trago
la sed que nadie se bebe.*

La sed y el hambre dialogan
en el corredor del fondo,
se han sumido en lo más hondo
de esta ausencia que prorrogan.
Y los sirvientes abogan
por un bochorno más leve.
Los invitados de nieve
no han llegado todavía
y en esta mesa vacía
solo el silencio se mueve.*




 



ANTONIO BORREGO AGUILERA (Las Tunas, 1962) es Licenciado en Dirección Artística de los Medios Audiovisuales, en el Instituto Superior de Arte de La Habana. Tiene publicados, entre otros, los poemarios Doy gracias a Dios de ser ateo (1991); Terrenal (Primera mención concurso nacional Cucalambé 1992; Editorial Sanlope,1993; libro con el cual se confirmó en la avanzada de los poetas tuneros que abrían camino a la revitalización de la poesía escrita en estrofas de diez versos); Diapositivas (1998); Juegos lunares (1998); Juanillo (2004) y Ovejas y demonios (2007). Alcanzó el tercer lugar en el concurso iberoamericano Cucalambé 2009. En el año anterior, con su breve conjunto de poemas Paisaje familiar, había alcanzado el premio en el concurso nacional Décima y tradición, y esa obra fue presentada en plegable durante el encuentro celebrado en diciembre del 2009, por el aniversario 16 de la Casa Iberoamericana de la Décima Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, El Cucalambé. En nuestro sitio, de Paisaje familiar, su poema De mis abuelos a Naborí; de su libro Terrenal, los poemas Paráfrasis sobre la que danza una bailarina, Glosa y La playa donde amaneces.









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