Raíz, de Elizabeth
Reinosa Aliaga
También premio al mejor
cuaderno de autor joven
Para la poetisa premiada con el más alto lauro
del certamen, concibió esta obra (acrílico sobre cartulina) el reconocido
creador de las artes plásticas Kamyl Bullaudy. La pintura fue inspirada en el presente texto
y destinada a su autora como parte del premio. A la galardonada correspondió también,
además del diploma, una selección de libros y la cantidad de 500 pesos MN,
dotación metálica excepcional en esta ocasión, por donación del poeta cubano Arístides
Valdés Guillermo. Por el premio Guillermo
Cabrera Álvarez, para autor joven, otorgado por el Grupo
Ala Décima, recibió una selección de libros y una
obra de arte de Ángel Silvestre.
Elizabeth Reinosa Aliaga
Primer premio
XVII concurso nacional
Ala Décima (2017)
JURADO:
RAÍZ PERTURBADORA
Estos son escritos confidenciales, íntimos, como grafitis interiores, que
un día erupcionan, anárquicos, irreverentes, y se propagan. Asaltan al mundo, y
lo conmueven, porque todo lo que germina desde la añoranza porta la autoridad
de conmover. Aquí no hay nada oculto. Aquí todo es visible y cíclico. Una
galaxia adujada, una espiral oferente y suplicante, fasta y nefasta, que se
autodestruye y se regenera a la vez, una espiral uróboros, que se muerde la
cola como la serpiente infinita, y que nos arrastra consigo hacia el ciclo de
los renacimientos. Una compulsión de retorno, una ansiedad de desandar sobre
viejas huellas al reencuentro con el pasado, una urgencia paroxismal de retomar
la infancia, entre otros sentimientos novedosos, es lo que queda luego de
consumir estos versos. Aquí, en estos escritos, cada camino es atajo hacia la lejanía, hacia lo aparentemente
inasible, hacia los lugares comunes que nos definen como diseño humano, hacia
el onírico crujido de la vieja casa que se tambalea en el recuerdo, y que fuera
amparo infalible contra el desamparo, guarida térmica y segura donde cada noche
nos refugiáramos a lamernos las heridas del día, a vigorizarnos. Aquí no hay
nada oculto. Aquí, en estas encrucijadas epifánicas, tiene lugar la
configuración de la memoria y se revela con eficacia la función mediadora de la
melancolía y brota a borbotones el agua reclamada de la sensibilidad. Estos son
escritos confidenciales, íntimos. Elizabeth Reinosa, la mujer, nos los confía sin
rubores, sin pavoneos lingüísticos, sin maquillajes artificiosos, sin
linchamientos intelectuales, como un secreto intrincado, como un acto lenitivo
de generosidad artística, mientras la otra Elizabeth, la cándida niña, nos da
la espalda y se aleja y no regresa, ondeando épicamente el pabellón nostálgico.
Raíz
(Fragmento)
I
Un graffiti en los
ladrillos
de polvo, de cal y
espuma:
el pasado en una suma
de relojes y martillos,
de silencios y
cuchillos olvidados en la mesa
una niña que atraviesa
la puerta,
me reconoce
algo en mi garganta
escoce
algo duele,
algo me pesa en los
hombros -como infierno-
la casa tiene una noria
inútil,
una ilusoria multitud
para el invierno.
La casa con su
gobierno de sombras,
con su vacío,
risas huecas,
desvarío...
Quiero amputar la raíz
ya no creo en la
matriz
ni en el tiempo,
desconfío de la abuela
y su sonrisa
de los brazos que me mecen.
Mis palabras solo
crecen hacia adentro,
tengo prisa por la
fruta
y Artemisa demora los
nacimientos.
¿No tengo más
argumentos
que me sirvan de
salida
de fuga, de sobrevida?
Ahora yo solo intento
escapar de los imanes
de la casa,
de su abrigo...
¿Quién me impuso este
castigo
de flagelos y
desmanes?
¿Quién lanzó los
huracanes
a mi ventana?
¿Quién llora por mi
raíz?
¿Quién ignora mis
fantasmas?
¿Quién me espera?
¿Quién suplanta mi
bandera?
¿Quién me olvida?
¿Quién me añora?
II
Una palabra,
un derrumbe
otro disparo en la
nuca.
Una historia que
caduca
una mujer que sucumbe
anónima
-a nadie incumbe la
sangre ajena-
El final
puede venir con la sal
con una cruz de
madera.
A nadie importa
siquiera
que el dolor sea real
que corte la
guillotina
que el veneno se
disfrace
que el arrecife
amenace...
Mi propia mano examina
cada lesión,
cada espina
mi propia mano golpea
me conduce a la marea
pero mi cuerpo retorna
a la semilla.
Con sorna: ¿Tienes
dios o eres atea?
Mi madre y sus
girasoles
no lo entienden,
no discuten.
Nadie pide que
ejecuten otros bailes,
otros roles,
solo renegar de soles
con dueños,
que no iluminan
a todos los que
caminan
o se arrastran,
o tropiezan con sus
pies...
Los que confiesan sus
secretos
se aproximan al
patíbulo,
me incluyo.
Sé que no existen
paredes sin oídos,
solo redes infinitas,
pero intuyo la
salvación,
crezco,
fluyo
en silencio como un
pez
sin público
y sin el juez
que me juzgue,
no poseo máscaras,
yo solo veo
que estoy naciendo al
revés...
III
Qué hacer con el
aguacero
si la semilla no
alcanza.
Nada queda,
la esperanza
solo es algo pasajero.
No la añoro,
no la quiero
no puede ser talismán
no me sirve como plan
de resistencia,
¿Es creíble?
El desamparo es
posible
si tengo de flamboyán
de romerillo,
de helecho
de jacinto y marabú.
¿Necesito de un gurú
que me explique del
acecho,
de la suerte,
del derecho
de la lluvia,
de la savia?
Yo también sé de la
rabia visceral,
del desenfreno
de la mordida,
del trueno
pero soporto la gavia:
todo crece desde abajo
todo parte de la
ausencia
cada verbo es una
herencia interrumpida
de
cuajo
cada camino es atajo
sin una ruta precisa
todo tiene su premisa
todo tiene conclusión
inicio,
definición...
Todo requiere de misa,
del amor y hasta del
odio,
del puñal y la coraza,
del enemigo y la raza,
de la cima como un
podio,
de algún sangriento
episodio,
de la bendición
divina,
de la sed,
de la rutina,
de la clausura y la
gente,
del pasado,
del presente.
De lo que cae y
germina.
V
Todo resulta lejano:
mis pies ya no son mis
pies.
Lo prometido ya no es
la quimera de un
pantano.
En mi interior hay un
piano desangrándose.
Estoy lista:
quiero ser la
equilibrista
pero también la
secoya,
porque mi cuerpo se
arroya,
reverdece.
Una conquista de la
tierra,
de mi piel
reconstruyo
-como espejo-
Estoy sola:
no hay cortejo
pero me exijo ser fiel
-sin ruido,
sin cascabel
sin fantasmas,
sin presiones-
Estoy lista:
no hay razones para
dudar,
pero tengo una raíz.
Me sostengo
pero hay tantas
direcciones
que apuntan lejos,
son frutos deseados,
y prohibidos.
De recuerdos y de
olvidos,
de alegrías y de
lutos,
de incontables
atributos
se conforma mi
corteza.
Voy armando pieza a
pieza
todo el tiempo y la
memoria...
La niña como la
historia
da la espalda y no
regresa.
ELIZABETH
REINOSA ALIAGA (Bayamo, Granma, 1988;
formada como escritora en Holguín) es graduada de la Universidad de Ciencias
Informáticas, donde trabaja actualmente, en La Habana. Entre sus anteriores lauros: Premio
Décima al filo en el XI concurso Ala Décima (2011) con Striptease
de la memoria; con su poema en versos libres
Islas, el segundo
premio en el XV concurso Regino Pedroso (2012); tercer
premio en el VI concurso nacional Décima al filo (2013); en ese mismo año, Premio
de la Sociedad Cultural José Martí en el II concurso Toda luz y toda mía; y
en el 2014, dos lauros en el XIV
concurso nacional Ala Décima: el Premio
especial Centenario de Samuel Feijóo (segundo lugar del certamen) y el Premio
Guillermo Cabrera Álvarez, de Juventud Rebelde, merecidos por el breve
conjunto Formas
de contener el vacío. En diciembre de ese mismo año, con su cuaderno (des)equilibrio,
conquistó el Gran Premio y el Premio del Grupo
Ala Décima en el VII
concurso Décima al filo, cuya premiación se efectuó en el IX Encuentro de igual
nombre. En el 2015 se alzó con el Tercer
premio en el XV concurso Ala Décima por su poema Las
Furias. En junio de ese año, en el contexto del Tercer
Festival Toda luz y toda mía, en Sancti Spíritus, alcanzó el premio
principal del IV
concurso de igual nombre, con su obra Fugas,
que fue presentada allí mismo como plegable impreso por Ediciones
Luminaria. Tiene publicado el poemario En la punta del Iceberg,
(Ediciones La Luz, Holguín, 2011). Es también narradora, egresada del XIII
Curso de Técnicas Narrativas Onelio Jorge Cardoso. Textos suyos aparecen en la
antología Poderosos pianos amarillos (Ediciones La Luz, 2013), así como
en revistas y antologías de Cuba y el exterior. Es miembro de la Asociación Hermanos
Saíz (AHS) y del grupo Poetas del Mundo. Acercamientos a
su obra poética, mediante el siguiente enlace, con el sitio web de Ediciones
La Luz. A fines del 2014, estuvo como escritora invitada en la Peña
del dúo Ad Líbitum. Forma parte de los poetas
asiduos de la Peña semanal sede del Grupo Ala Décima. En el 2016, conquistó dos
segundos premios en concursos internacionales de poesía.
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