Imágenes,
de José Miguel
Ramos Puerto
de José Miguel
Ramos Puerto
El premio
Décimas para el amor Hermeides
Pompa lo respalda la Casa Iberoamericana
de la Décima El Cucalambé, de Las Tunas, al mejor
cuaderno con ese tema. Da continuidad al certamen que la institución inauguró
en 1994 y cuya primera ganadora fue la poetisa que da nombre actualmente a ese
lauro. Consistió en esta ocasión en poemarios y otros materiales de la Casa,
entre ellos una pequeña cerámica con la fachada de la institución.
Imágenes
José Miguel
Ramos Puerto
Premio Décimas
para el amor Hermeides Pompa
XVI concurso nacional
Ala Décima (2016)
XVI concurso nacional
Ala Décima (2016)
JURADO:
Imágenes
AHORA QUE ESTÁS
Me llegaste sin aviso
y sin puertas ni
ventanas,
como las nubes lejanas
que regresan sin permiso.
Así la suerte lo quiso
cuando una tarde
cualquiera
me llegó tu primavera,
como anticipo de marzo,
por la ruta donde engarzo
esperanzas a la espera.
Y como nunca le sobra
el paso largo a la prisa,
me quedé con tu sonrisa
para vencer la zozobra
que cada noche me cobra
sus sueños más atrevidos;
y en un mundo de latidos
donde la ilusión no
falta,
te convierto en la más
alta
rama para hacer mis
nidos.
Si llegaste no te vayas
por los caminos que
subes,
como se alejan las nubes
en búsqueda de otras
playas.
Quédate aquí donde hallas
alas para la inquietud
de tus vuelos, un alud
de insospechadas
primicias,
molde para tus caricias
y un pecado a tu virtud.
LLAMADO
Desde tu figura esbelta
hasta tus ojos profundos,
la llamada de dos mundos
vibra cuando estoy de
vuelta
de mi existir, y revuelta
la mar de antiguos
reflejos,
estoy de nuevo ante
espejos
de unos ojos de mujer,
como queriendo poner
alas a mis sueños viejos.
Tu mundo tiene la fuerza
de la corriente
impetuosa,
y al mismo tiempo es la
rosa
de la mejilla más tersa.
Vengo en dirección
inversa
tocado por el hastío,
y a la orilla de tu río
donde la frente me arde,
dudo si será muy tarde
para tu mundo y el mío.
URGE
Cuando tu ausencia me
aplasta
tiñéndome las
ojeras,
hay un dolor sin
fronteras
que me estremece en
subasta
de recuerdos.
Cuando gasta
la tarde sus redecillas,
hebras rojas y
amarillas
bajo un
deslumbrante azul,
escapan de mi baúl
los bordes de tus
orillas.
Cuando tu caricia
es solo
la parte de un
hemisferio,
la muerte de un
cementerio
de añoranzas..., yo
me inmolo
en la atracción de
tu polo
con el mío. Y desde
adentro,
esa caricia es el
centro
de gravedad que me
imanta,
que calcina mi
garganta
con la llama del
encuentro.
Ven pronto que el
desvarío
me está latiendo en
la sien,
trae tus efluvios y
ven
como quien riega el
rocío,
como quien tomó del
río
su fertilidad de
aroma...
Ven pronto, porque
el idioma
entre el beso y la
palabra
urge, necesita que
abra
el vuelo de la
paloma.
FANTASÍA
Llueve otra vez: yo diría
que la lluvia tiene el
don
de mojar mi corazón
sin lágrimas; fantasía
que le da a mi poesía
una nube siempre nueva
en la que el verso se
eleva
para que, al atardecer,
una trenza de mujer
se deshaga cuando llueva.
Una trenza que quisiera
ver recogida en el moño
inquietante del otoño
retando a la primavera.
Por ello mi verso espera
siempre que vuelva a
llover,
para que al atardecer,
con su caricia más loca,
me vuelva a besar la boca
una trenza de mujer.
IMAGEN DE MI ESPEJO
No te miro entre los
bordes
ideales de una imagen
de perfección, en que
bajen
ríos en los que desbordes
iridiscencias, acordes...
Te prefiero en el reflejo
y entre las luces que
dejo
vagando en la noche
abstracta,
para dibujarte exacta
en la imagen de mi
espejo.
Desazón y sobresalto,
ansiedad en la zozobra
de cada cita. Me sobra
primavera si le falto
a las nubes, a tan alto
sueño de la tierra amiga,
y en tus labios se
prodiga
el desafío del reto,
enseñándome el secreto
entre la nube y la
espiga.
Al mar le agradezco que
hayas
naufragado en una pena
para dejar en mi arena
la caricia de tus playas.
Donde tu tristeza encallas,
un rumor de caracola
te va envolviendo en la
aureola
de un amor recién nacido,
que atempera tu latido
con el vaivén de mi ola.
Gracias por este romance
retenido en el otoño
como un torero bisoño
que se detiene ante un
lance;
gracias por el desbalance
que en el pecho se me
inflama
entre la luz y la llama,
entre el sentido y el
pulso,
resorte para el impulso
de la sangre
que reclama.
Mi gratitud no es la red
del pescador, que se
estruja
en la mar; es la burbuja
para mitigar la sed
que permanece a merced
de la esperada promesa...
Mi gratitud es la pieza
que se queda en el
anzuelo
cuando me dejas el cielo
en tu mirada que
besa.
JOSÉ
MIGUEL RAMOS PUERTO (La
Habana, 1940) es considerado el
escritor invidente más ganador en la Asociación Nacional del Ciego.
Amigo cercano del Indio
Naborí, de quien se reconoce discípulo, cuenta con numerosos
reconocimientos y publicaciones de sus versos, entre ellas su poemario en
décimas Humedad de arcoiris
(Editorial Extramuros, 2005), presentado ese año en la Feria
Internacional del Libro de La Habana. Ha incursionado en la poesía para adultos
y niños, en el cuento, en el teatro y en el artículo periodístico. Dirigió por
muchos años la revista Faro,
de la Asociación
Nacional del Ciego. Con su texto Canto
a la musa ganó en el 2015 el Premio
del VII concurso nacional de glosas Jesús Orta Ruiz, Indio Naborí.
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