miércoles, 15 de abril de 2015

Premio autor joven, XV Ala Décima


 
El conjuro de la lluvia,
de Alexander Jiménez
del Toro



 

 
Con una selección de libros editados por el periódico Juventud Rebelde fue dotado el Premio Guillermo Cabrera Álvarez, concedido por ese órgano de prensa al mejor poemario de autor joven, el cual le fue entregado por Sara Cotarelo, jefa de su Departamento de Atención a lectores y miembro de su Consejo de Dirección.










El conjuro de la lluvia

Alexander Jiménez del Toro






Premio Guillermo Cabrera Álvarez, para autor joven
XV concurso nacional
Ala Décima (2015)


JURADO:










El conjuro de la lluvia



Porque tal vez no llueva y este sea
otro día triste y quebradizo.



Debió el vencejo conjurar otra lluvia
sobre el arca pero no pudo el pobre:
de la barca quiso partir…

Pedro Péglez González





AL PARTIR

Partir. Abjurar del vino  
amargo que nos auxilia
a soportar la familia,
las dos patrias y el destino.

Ronel González


Partir con este madero
en mi espalda (la derrota).
Partir y llevar la rota
bandera del forastero.
Quedan las manos de acero
olvidadas en un puente,
queda el tatuaje en mi frente
de la bruma, del presagio.
Como último naufragio
queda la patria silente.





CUANDO BUSCO EN EL ESPEJO 


Caído ante el asedio de imposibles
que me imponen su cauce marginal
he soñado otra isla en el cristal
pero hay sueños que pueden ser terribles.
Soy presa de naufragios invisibles, 
mi horizonte no escapa al entrecejo.
Un pez se va borrando en el bosquejo,
aguardo su dolor bajo la escama
de otra orilla y su imagen se derrama
sobre mí, cuando busco en el espejo.





CIUDAD ANCLADA EN EL LETARGO


Una ciudad se marchita
bajo mis pies de viajero,
no es París, un aguacero
sobre mi carne se agita.
¿Es la ciudad quien me habita
o soy yo quien no se ha ido?
Una ciudad se ha dormido
dentro de mí. Cuando viaje
me llevaré de equipaje
todo el tiempo que he perdido. 





LA ENCRUCIJADA


Hoy no juego a la ruleta,
hoy no le apuesto a mi nombre,
hoy ya sé que cada hombre
lleva el tiempo en su maleta.
Yo no soy ningún profeta
de este siglo (es un arcano).
Para amputar de mi mano
los años que me bebí,
se precisa un bisturí
y nervios de cirujano.





TEATRO

Ya no hay telón, primer acto,
soy la máscara del fraude
y ese público que aplaude
es otra cara del pacto.

Miguel Mariano Piñero


Soy como actor que interpreta
su vida tras bambalinas.
El auditorio: mis ruinas,
una agreste marioneta.
Es mi verdad la careta
que esgrimo tras el fracaso,
sin equivocar el trazo,
sin que monedas recaude…
Primer acto. Nadie aplaude,
otro guion bajo el brazo.





INVENTARIO


Un proyectil, mi cabeza,
un niño recién nacido,
un almanaque vencido,
dos manos sobre la mesa,
una oración, la promesa,
un país por latitud,
un rostro de multitud,
un presente, los despojos,
un camino, los cerrojos
una cama, un ataúd.





BAJO LA CORTEZA


El árbol guarda un retazo
de mi vida que se pierde
(otro dolor bajo el verde
enigma de su regazo).
El árbol  no sabe acaso
de otras tierras, sus raíces
bajo mi carne, los grises
inviernos, su piel se astilla
y queda siempre en la orilla
con oscuras cicatrices.





TRAPECISTA


He de saltar, ¿la caída
me librará de otro salto?
Bajo mi cuerpo el asfalto
me dará su bienvenida.
¿Y como nota suicida?
-una luz para volver-
Está dios y lucifer
apostando a la ruleta.
Es la vida una pirueta
para dejarse caer.





CONFESIONES DE NOÉ DESPUES DEL DILUVIO


Confieso: escuché una voz
desde algún páramo ausente
y percibí su torrente 
como una señal de Dios.
Fuimos culpables los dos
de conjurar otro edén. 
Confieso que en mi desdén
puse mi leño en el arca
y que Dios subió a la barca
para salvarse también.





PUNTA DE LANZA


A veces soy la humedad
y me desnudo en un verso.
A veces llevo el reverso
ambiguo de una ciudad
que ignora mi parvedad.
Ya descubrimos que a ultranza
a veces un sueño alcanza
más allá de la costumbre
y su voz llega a la cumbre
como una punta de lanza.





EL CONJURO DE LA LLUVIA

Y como negar que llueve
una sed que me traspasa,
como arrancar de la casa
esta nostalgia de nieve.
Y sin embargo se mueve
el arca con su espejismo
¿el horizonte es el mismo?
-catarsis- aquí diluvia,
viene de nuevo la lluvia
a conjurar mi bautismo.










ALEXANDER JIMÉNEZ DEL TORO (Amancio, Las Tunas, 1987). Especialista de Literatura. Pertenece al Taller literario Mirta Aguirre y al Grupo de Escritores Rurales. Ha obtenido reconocimientos en certámenes municipales y provinciales, entre ellos el Primer Premio en el concurso Mundo Marino (décima, poesía). Fue finalista del concurso nacional de trova y poesía El verso y la miel, convocado en Holguín por la Asociación Hermanos Saíz y Ediciones La luz. Conquistó el Premio nacional de décima ilustrada en la Cucalambeana del 2014. Un cuento suyo fue publicado en la revista infantil Papalote. Ha sido reconocido en varias oportunidades por su destacado quehacer en la vida cultural de su territorio.

















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