domingo, 5 de abril de 2015

Segundo premio Ala Décima 2015


 
Señales de avión nocturno,
de Jesús Arencibia Lorenzo







 


Equivalente al segundo lugar del certamen, el Premio Especial Centenario de Raúl Ferrer —en ocasión de cumplirse en mayo próximo los cien años del nacimiento de este significativo creador de las letras y el magisterio—, conferido por el Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, consistió en una obra de arte y libros, que recibió el poeta laureado de manos del director de esa institución, el reconocido poeta improvisador Luis Paz Esquivel (Papillo).








Señales de avión nocturno

Jesús Arencibia Lorenzo





Premio Especial Centenario de Raúl Ferrer
XV concurso nacional
Ala Décima (2015)


JURADO:















Señales de avión nocturno



Y ahora, como un vigía en el centro de la noche,
descubre lo que la noche muestra al hombre:
esos llamados, esas luces, esta inquietud.

Antoine de Saint-Exupéry.




Antoine,
todo se nos va…
La serpiente hincó la hiel
hasta el hueso del papel.
Lo invisible inicia ya.
Hay rosas, pero no está
la espina del querubín.
Cansa tanto figurín
domesticando sin ritos.
Los asteroides proscritos
dibujan un solo fin.

El pozo añejo en la duna
solo quedó en espejismo.
La roldana fue al abismo
donde no tiembla la Luna.
La Zorra encontró fortuna
aliándose a cazadores.
Enfermaron los doctores.
Aves de luto titilan.
Cien titulares fusilan:
Extinción de ruiseñores.

En el planeta del Rey  
la razón perdió la apuesta
ordenando una respuesta
a los cometas sin ley.
El Monarca, única grey
de su muchedumbre vasta,
quiso clonarse la casta
con tajos fieros al trono.
Enmudeció de tal tono
que el reinado está en subasta.

Tanto espejo al Vanidoso
le cercenó la platea.
Sin aplauso ni presea
huyó al destiempo del foso.
Y allá en la herrumbre del gozo
—molesta, modesta, mole—
recibirá a quien engole 
con abrigo, fardo y tedio.
Diagnóstico: sin remedio…
Que su sombrero se inmole.
Los hijos del Bebedor
intercambiaron botellas
en un mercado de estrellas
vanas, de turbio esplendor.
La vergüenza del licor
ahora poco nos sonroja.
¿Qué hallará quien nada escoja?
¿Quién sembrará sobre piedra?
¿Dónde vindicar la hiedra?
Demasiada cuerda floja.

La cuenta del Negociante,
roca a roca en su negocio,
zanjó el desborde del ocio
sin censuras por tunante.
Pero la fama es gigante
crepitando en su calvario. 
Galaxia de lo incendiario.
Quincalla del oropel.
Timón sin nudo o bajel…
Hasta en dolor, millonario.

Con una evasión silvestre
el Geógrafo al fin salió
de su inventario y voló
hacia un destino rupestre.
Desde la cima terrestre
—ala de nieve y hormiga—
puede verse sin fatiga
labrando el azul tardío.
Quien pretenda hallar un río,
que abra su cauce y lo siga.

El Guardagujas, utópico,
pulió tanto los raíles
que amanecieron fusiles
ametrallándole el trópico.
Nadie relee ya el tópico
de su hazaña casi bélica.
Pasión hiperdecibélica
se amordaza de repente.
Ahora tan solo es simiente
en una grieta famélica.

En el B-612
siguen ardiendo volcanes,
pero baobabs y ademanes
de hiel destierran el goce.
Puestas de Sol sin el roce
de la pupila y el puerto
anuncian el desconcierto:
cielo raso, faz glacial.
Gira el sueño hacia el erial.
Un asteroide desierto.

Solo el viejo Principito
alza su consiga estoica.
La luz, aunque paranoica,
trenza trazas tras el mito.
Un bolero ¿o meteorito?
surca el espacio agorero,
mintiendo el afán sincero
de los trenes sin andén.
Vuelve Antoine, vuélvenos bien.

                                    Don Quijote (El Farolero).










JESÚS ARENCIBIA LORENZO ((Pinar del Río, 1982; residente en La Habana) es Máster en Comunicación Social y se desempeña como profesor en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana y como periodista en Juventud Rebelde. En el 2010, mereció el primer premio del concurso nacional de glosas Canto alrededor del punto con su obra Hierros de ingenio. En el 2011, su texto Corta carta cursi conquistó el premio del tercer concurso de glosas Jesús Orta Ruiz, de la filial de Ala Décima en San Miguel del Padrón. En el XII concurso nacional Ala Décima (2012) le fue conferido el Premio del Proyecto Perseverarte (para joven), por su cuaderno Duros aires de familia. En el mismo año, obtuvo el Premio del Grupo Ala Décima en el XV concurso nacional de poesía Regino Pedroso, con su texto Confusiones del heraldo. En el XIII concurso nacional Ala Décima (2013) mereció el Premio Wilfredo Sánchez, de tema social, conferido por el periódico Trabajadores, por su obra Epístola intrascendente. En este 2015, resultó, con su texto Viejo a la semilla, tercer premio del concurso nacional de glosas Celestino García, convocado por la Casa de igual nombre, en Pinar del Río. Otros poemas suyos en décimas, aparecidos en nuestro sitio, son Con el Che en sueño de proa, Abrazo, Brújula, Naborí e impalabra. Acercamientos adicionales a su obra en versos pueden verse, mediante estos enlaces, en el blog Odiseo en el Erebo y en la antología on line Arte poética. Rostros y versos, ambos del poeta salvadoreño André Cruchaga. Es un destacado colaborador del Grupo Ala Décima y coordinador del movimiento de lectores de la columna La tecla del Duende, del periódico Juventud Rebelde, continuadora de La tecla ocurrente fundada y mantenida por Guillermo Cabrera Álvarez hasta su desaparición física.















No hay comentarios: