Señales de avión nocturno,
de Jesús Arencibia Lorenzo
Fotos: Anays Almenares
Equivalente al segundo lugar del certamen, el Premio Especial Centenario de Raúl
Ferrer —en ocasión de cumplirse en mayo próximo los cien años del
nacimiento de este significativo creador de las letras y el magisterio—,
conferido por el Centro
Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, consistió en una
obra de arte y libros, que recibió el poeta laureado de manos del director de
esa institución, el reconocido poeta improvisador Luis Paz
Esquivel (Papillo).
Señales de
avión nocturno
Jesús Arencibia Lorenzo
Premio Especial Centenario de Raúl Ferrer
XV concurso nacional
Ala Décima (2015)
Ala Décima (2015)
JURADO:
Señales
de avión nocturno
Y ahora, como un vigía en el centro de la noche,
descubre lo que la noche muestra al hombre:
esos llamados, esas luces, esta inquietud.
Antoine de Saint-Exupéry.
Antoine,
todo se nos va…
La serpiente
hincó la hiel
hasta el hueso
del papel.
Lo invisible
inicia ya.
Hay rosas, pero
no está
la espina del
querubín.
Cansa tanto
figurín
domesticando
sin ritos.
Los asteroides
proscritos
dibujan un solo
fin.
El pozo añejo
en la duna
solo quedó en
espejismo.
La roldana fue
al abismo
donde no
tiembla la Luna.
La Zorra encontró fortuna
aliándose a
cazadores.
Enfermaron los
doctores.
Aves de luto
titilan.
Cien titulares
fusilan:
Extinción de
ruiseñores.
En el planeta
del Rey
la razón perdió
la apuesta
ordenando una
respuesta
a los cometas
sin ley.
El Monarca,
única grey
de su
muchedumbre vasta,
quiso clonarse
la casta
con tajos
fieros al trono.
Enmudeció de
tal tono
que el reinado
está en subasta.
Tanto espejo al
Vanidoso
le cercenó la
platea.
Sin aplauso ni
presea
huyó al
destiempo del foso.
Y allá en la
herrumbre del gozo
—molesta,
modesta, mole—
recibirá a
quien engole
con abrigo,
fardo y tedio.
Diagnóstico:
sin remedio…
Que su sombrero
se inmole.
Los hijos del
Bebedor
intercambiaron
botellas
en un mercado
de estrellas
vanas, de
turbio esplendor.
La vergüenza
del licor
ahora poco nos
sonroja.
¿Qué hallará
quien nada escoja?
¿Quién sembrará
sobre piedra?
¿Dónde vindicar
la hiedra?
Demasiada
cuerda floja.
La cuenta del
Negociante,
roca a roca en
su negocio,
zanjó el
desborde del ocio
sin censuras
por tunante.
Pero la fama es
gigante
crepitando en
su calvario.
Galaxia de lo
incendiario.
Quincalla del
oropel.
Timón sin nudo
o bajel…
Hasta en dolor,
millonario.
Con una evasión
silvestre
el Geógrafo al
fin salió
de su
inventario y voló
hacia un
destino rupestre.
Desde la cima
terrestre
—ala de nieve y
hormiga—
puede verse sin
fatiga
labrando el
azul tardío.
Quien pretenda
hallar un río,
que abra su
cauce y lo siga.
El Guardagujas,
utópico,
pulió tanto los
raíles
que amanecieron
fusiles
ametrallándole
el trópico.
Nadie relee ya
el tópico
de su hazaña
casi bélica.
Pasión
hiperdecibélica
se amordaza de
repente.
Ahora tan solo
es simiente
en una grieta
famélica.
En el B-612
siguen ardiendo
volcanes,
pero baobabs y
ademanes
de hiel
destierran el goce.
Puestas de Sol
sin el roce
de la pupila y
el puerto
anuncian el
desconcierto:
cielo raso, faz
glacial.
Gira el sueño
hacia el erial.
Un asteroide
desierto.
Solo el viejo
Principito
alza su consiga
estoica.
La luz, aunque
paranoica,
trenza trazas
tras el mito.
Un bolero ¿o
meteorito?
surca el
espacio agorero,
mintiendo el
afán sincero
de los trenes
sin andén.
Vuelve Antoine,
vuélvenos bien.
Don Quijote (El Farolero).
JESÚS
ARENCIBIA LORENZO ((Pinar del Río,
1982; residente en La Habana) es Máster en
Comunicación Social y se desempeña como profesor en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana y como periodista
en Juventud Rebelde. En el 2010,
mereció el primer premio del concurso
nacional de glosas Canto alrededor del punto con su obra Hierros
de ingenio. En el 2011, su texto Corta
carta cursi conquistó el premio
del tercer concurso de glosas Jesús Orta Ruiz, de la filial
de Ala Décima en San Miguel del Padrón. En el XII
concurso nacional Ala
Décima (2012) le fue conferido el Premio
del Proyecto Perseverarte (para joven), por su cuaderno Duros
aires de familia. En el mismo año, obtuvo el Premio
del Grupo Ala Décima en el XV
concurso nacional de poesía Regino Pedroso, con su texto Confusiones
del heraldo. En el XIII
concurso nacional Ala Décima (2013) mereció el Premio
Wilfredo Sánchez, de tema social, conferido por el periódico Trabajadores,
por su obra Epístola
intrascendente. En
este 2015, resultó, con su texto Viejo a la semilla, tercer premio del
concurso nacional de glosas Celestino García, convocado por la Casa de igual
nombre, en Pinar del Río. Otros poemas suyos en
décimas, aparecidos en nuestro sitio, son Con
el Che en sueño de proa, Abrazo, Brújula, Naborí e impalabra. Acercamientos
adicionales a su obra en versos pueden verse, mediante estos enlaces, en el
blog Odiseo
en el Erebo y en la antología on line Arte poética. Rostros
y versos, ambos del poeta salvadoreño André Cruchaga. Es un
destacado colaborador
del Grupo Ala Décima y coordinador del movimiento de lectores de la columna
La tecla del Duende, del periódico Juventud Rebelde,
continuadora de La
tecla ocurrente fundada y mantenida por Guillermo
Cabrera Álvarez hasta su desaparición física.
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